Noche de fútbol en el estadio IV Centenario, la fecha 2 de la Copa de la División Profesional abrazó el duelo entre Tomayapo y Wilstermann, el local con la misión de sumar su primer triunfo en la competencia, mientras que el visitante el segundo. Al final la distancia en el marcador fue amplia y favorable para Aviador que no abandona las alturas de un buen rendimiento, esta vez Tarija fue el escenario para que instale su fiesta.
El primer tiempo fue suficiente para que los dirigidos por Cristian Díaz obtengan el protagonismo del partido. El gol inicial llegó a los 5 minutos con el centro de Cristian Esparza para la cabeza de Alejandro Chumacero, desde temprano el duelo ya se teñía de Rojo. El momento de alejar más las distancias fue a los 27, posterior a una jugada en la que Miguel Bianconi peleó en el área y obtuvo el penal ejecutado con tranquilidad por Rudy Cardozo.
La fiesta y la confirmación del buen momento llegó a los 40, también desde la pena máxima con Esparza que la mandó al fondo de las redes de la puerta defendida por Pedro Galindo. Toda la confianza fue contagiada incluso en los más jóvenes, 2 minutos después, Bianconi conectó con Jhon Velásquez para que desde la derecha saque un remate perfecto que se ubicó en el ángulo del arco, donde tejen las arañas y crecen las ilusiones del primer gol en su carrera profesional.
El segundo tiempo fue la etapa en la que el Aviador solo esperó que pase el tiempo por la poca respuesta del rival. El quinto llegó una vez más de penal a los 66 mediante Miguel Bianconi, importante por cierto en el desarrollo del equipo. El descuento fue a los 77 con el orgullo deportivo de Nixon Guylherme, también desde los 12 pasos.
De esta manera terminó el duelo, el buen rendimiento de Wilstermann fue premiado con su segunda victoria en la Copa de la División Profesional. La estrategia de Cristian Díaz fue efectiva y la motivación de sus jugadores se mantiene encendida, en esta oportunidad bajo el comando de Rudy Cardozo. Por su parte, Juan Vita y Tomayapo se marcharon preocupados al vestuario, aceptando que fueron superados pero con la reflexión bajo el brazo luego de una difícil derrota.