No sólo por los casi 40 grados de temperatura y las malas condiciones del estadio o el campo de juego, los peores recuerdos de Bolívar están en el Samuel Vaca, un reducto imposible para la Academia desde aquel 4 de agosto de 2013.
Esteban Fuertes anotó tres goles en Bolivia, uno de ellos fue ese día, el 1-0 con el que comenzó a escribirse esta historia de bestias negras y un inocente equipo, incapaz de revertir el hechizo. Bolívar desde ese día ha jugado siete partidos en Warnes, incluso uno en el Edgar Peña, pero en definitiva no sabe ganar a Sport Boys.
Es cierto que muchos factores jugaron en contra de Bolívar en el último juego del torneo Apertura 2016, pero la Academia revivió sus fantasmas en los diez minutos de adición, dos expulsados de la manera más infantil posible, Juan Carlos Arce y Gastón Cellerino, una mala salida de Diego Zamora, y la impotencia, Carlos Vargas se encontró con una pelota suelta en el minuto 55 y volvió a darle el golpe de gracia a los paceños.
¡De no creer!, la forma, el tiempo, Bolívar no sabe ganar, ser feliz en Warnes, siempre estuvo abajo en el marcador, siempre tuvo que ir a buscar el empate, no hay manera; Con cuatro delanteros, con dos, con uno, probó todo en estos tres años, sus peores recuerdos están en Warnes, fue goleado 5 a 0 en 2014, vio lesionarse a sus figuras -Ferreira, Tenorio- en 2015, vio como se le fue el título en 2016. Una historia de terror escrita bajo el fuego del Norte Cruceño.
