Todo un acierto del Ministerio de Deportes poner en consideración el Anteproyecto de la nueva Ley Nacional del Deporte. Primero porque después de mucho tiempo, el sólo anuncio movilizó a moros y cristianos que se sintieron afectados. Luego, porque incluso originó el interés de los dirigentes que ahora hablan de planes y proyectos.
Alguien tenía que poner el dedo en la llaga para sacarnos del letargo en que solemos caer una vez cumplidos los objetivos de la elección.
Desde luego que serán muchas las disciplinas que buscarán ser partícipes de reuniones en las que se seguramente se lograran acuerdos que beneficien a nuestro deporte, y doblemente importante que al mismo tiempo servirá para poner freno a una serie de irregularidades, especialmente en una mas efectiva distribución de los recursos económicos y ojala con la obligación de presentar informes de ingresos y egresos regularmente. Con mayor obligación desde luego, antes de culminar una gestión.
Me parece también acertado que en el terreno del fútbol por ejemplo, se obligue a que: “los clubes que fomenten el fútbol profesional y asociado deberán contar necesariamente con una estructura organizativa técnica apropiada, que contemple divisiones menores como mínimo en tres categorías”
Sin duda es igualmente positiva la disposición que menciona “los dirigentes deportivos ejercerán el cargo para el que fueron electos de uno a cuatro años, pudiendo optar por la reelección inmediata sólo una vez”.
Y aunque sea una disposición que no se cumpla a corto plazo, es acertada la inclusión de un acápite que obliga a que los clubes profesionales cuenten necesariamente con infraestructura deportiva apropiada.
Nuestro deporte necesita en su atención mayor dinámica de la expuesta hasta el momento y este anteproyecto parece originar un cambio en ese sentido. Ojala así sea.
