Una vieja historia surge nuevamente a la palestra, como acostumbramos antes del comienzo de cada temporada futbolística profesional. En el pasado las complicaciones se generaban a comienzos de año ahora, con la única variante que ofreció el fútbol boliviano, son problemas del verano.
Los clubes que no cumplen sus ofertas porque sus cálculos económicos fallaron una vez más, serán nuevamente los responsables si el campeonato no se inicia en la fecha fijada, al margen de que se apruebe o no el programa oficial de partidos. Ya sabemos que los ligueros no tienen argumentos frente a la posición de la poderosa Faból.
Sucedió en el torneo pasado y al suspenderse la primera de las jornadas, la Liga del Fútbol Profesional tuvo que verse en figurillas para programar sus partidos. Por eso tuvimos incluso a dos equipos enfrentándose miércoles y domingo como en partidos de ida y vuelta de otro tipo de certámenes.
Cada año y frente a esa posición se comenta sobre las medidas que van a adoptarse para evitar repetición de estas lamentables reacciones, pero pasa la tormenta y el tema queda en el olvido hasta la próxima temporada para tener un reprís de la misma historia.
Situaciones como esta dan incluso material para que se conozcan declaraciones como las del DT. Azkargorta, quien habría dicho en España que en Bolivia se juega a lo que salga que es como se vive. Lo dijo él, que está en un pedestal. De ser otro, seguramente habría originado una lógica reacción de autoridades, dirigentes y técnicos de los clubes profesionales, pidiendo explicaciones.