Se trata de Walter Molinari, un argentino que cruzó todo el largo de su país para llegar a enfrentarse al imponente Lago Titicaca. Amante de la natación, vino a desafiar a su propio cuerpo con las condiciones climáticas y geográficas que ofrece el lago boliviano.
Llegó como uno de los diez participantes extranjeros que tuvo el XI Torneo Internacional de Aguas Abiertas del Club de Tenis de La Paz, nosotros lo conocimos en la reunión técnica donde ya destacaba, preguntaba cosas relacionadas con el clima, con las formas, con sus posibilidades y capacidades.
Como casi todos, Walter se subió al catamarán desde Copacabana, era uno de los más entusiastas, quería vivir la experiencia completa, lo vimos incluso pidiendo unas hojitas de coca a un nadador boliviano, le enseñaron a acullicar, y probó un poco de la hoja típica del altiplano.
Lo encontramos en el momento en que conoció a su botero, ya con su guía, Elena, a quien conoció horas antes, tenían una estrategia. Los dos bolivianos eran los encargados de llevarlo a cumplir la meta de cruzar desde la Isla del Sol hasta la Isla de la Luna, claro, el 80% de la prueba era de él, de su resistencia y de su estado físico.
Walter cumplió 55 años el 6 de mayo de 2017, el mismo día de la prueba, y no se lo olvidará nunca, desafío a su cuerpo, nadó 7,5 kilómetros en un Lago que tuvo un promedio de 8 grados de temperatura, llegó a la meta y no sólo eso, ganó su categoría. ¿Quién dijo que es inhumano hacer deporte en altura?, pregúntenle a Walter: “Hay que animarse, las aguas abiertas son esas, aprovechar las condiciones de la naturaleza es un desafío, hay que trabajar para combatir a ese desafío, nada más”