Tanto la copa del Mundo recientemente finalizada en Brasil como los torneo locales que anualmente seguimos con interés, dejan permanentes dudas en torno a la justicia que realmente se imparte dentro de los campos de juego.
Las lesiones de Neymar y otros jugadores en esa cita internacional como la frecuencia con la que se margina a los habilidosos del fútbol en distintos escenarios como producto del fútbol excesivamente violento, con o sin mala intención, obligan a pensar en que deben ser incluidas en las disposiciones reglamentarias medidas que protejan, a la cada vez menor cantidad de jugadores talentosos que tiene este deporte.
La pasividad de los árbitros junto a la poca preocupación de los directivos con poder de mando en el fútbol mundial, está originando una etapa donde ganar es el único objetivo y hasta los técnicos trabajan fundamentalmente con esa sola premisa, talvez por el millonario movimiento económico en el que se mueve el mas popular de los deportes.
El ser humano esta quedando marginado. El jugador se ha convertido en una valiosa mercancía y como a tal se la trata. Y este se somete a las reglas porque los millones ha recibir justifican todo.
Así sea por el valor de esta mercadería sería bueno que en algún momento de adopten medidas para protegerla, sancionando a los infractores con las mismas consecuencias de quien fue víctima. Sería justo por ejemplo que quien alejó de los escenarios deportivos a Neymar, también esté impedido de jugar por el mismo tiempo de inactividad del lesionado. Seria razonable que en el desarrollo de un partido, quien lesione a un jugador obligando a ser sustituido, también deba ser reemplazado. Y si queremos ser más justos aún, que aquel que busca ventaja lesionando a un rival para que el equipo de este se vea disminuido numéricamente por varios minutos, esté marginado también del partido por el mismo tiempo del afectado.
Creo que pueden ser medidas que sirvan para humanizar esta actividad de tanta atracción, aunque usted amigo lector piense que ¡ soñar no cuenta nada!.