San José logró el objetivo, volvió a levantar una copa tras varios años de sequía, lo hizo con lo justo, necesitaba por lo menos un punto, lo consiguió con lo justo, por ese empate en medio de un diluvio, es campeón.
Es que no hay épica sin lluvia y sin sufrimiento, cuando parecía todo bajo control por el 1-0 de Jair, llegó el medio tiempo, y cayó un diluvio, al campo se acomodó mejor el visitante, terminó empatando con un gol de Mosquera y fue el que estuvo más cerca del gol, tuvo la última pelota con Marco Barrios, el destino no quería una nueva final. La pelota no entró y al Santo le cayó el alma al cuerpo.
Ya no quedaba más, la final era esta, que programaron en el fixture sin saber que sería decisiva. San José gritó Campeón.