La suerte no acompañó al equipo Refinero en su tercera definición por penales. Tras jugarle un gran partido al vigente campeón nacional, los dirigidos por Wilson Gutiérrez no pudieron alcanzar el título invernal, a pesar de haber sido ampliamente superiores en el desarrollo del encuentro. Pero, aún así, hubo varios aspectos dignos de resaltar en su campaña.
Para empezar, los refuerzos se integraron con mucha facilidad. Principalmente, Gonzalo Sena, que mostró un gran nivel desde su llegada y se adueñó de la titularidad. En conjunto con los juveniles ascendidos al primer plantel, le inyectaron frescura al equipo tras varias temporadas llenas de frustraciones, tanto a nivel fútbolístico como a nivel resultados. El recambio era necesario.
Párrafo aparte para Carmelo Algarañaz, que volvió al equipo después de atravesar una importante etapa de madurez en Petrolero del Chaco –donde fue una de las figuras, a tal extremo de ser convocado por Julio César Baldivieso para representar al país en la última Copa América– y demostró estar a la altura de las circunstancias.
Y, por último, el técnico entendió las necesidades del equipo. Cuando llegó, le entregaron un plantel desmembrado, pero nunca se quejó. Todo lo contrario, aprovechó la juventud para formar un equipo veloz, dinámico y muy luchador. Esto recién empieza, es cierto, pero, especialmente por lo hecho en el último partido, los hinchas albiverdes tienen más de un motivo para volver a creer.