El jugador brasileño es de esos habilidosos que se cargan el equipo al hombro en situaciones difíciles, con mucho caracter, y lo demostró en el juego de Copa Libertadores ante Oriente Petrolero.
El 10 del equipo de Álvaro Peña tomó la lanza en el complemento del partido, cuando Wilstermann perdía por un gol, y comenzó a ir en busca del resultado. Encontró en Lucas Gaúcho, su compatriota, un gran aliado de fútbol en la ofensiva, y fue el factor de desequilibrio en el partido, porque ni Carlos Añez -algo más adelantado- ni Juan Carlos Zampiery, lograron frenarlo, les ganó al plan de Clausen de por contenerlo.
No sólo eso, recuperó una pelota en plena salida del equipo Refinero, con técnica, quedó de frenta al arco en el último minuto del partido en Santa Cruz y le dio el primer triunfo del año a Wilstermann, uno que vale mucho, porque significó dar el primer paso en en la Libertadores, la Copa en la que demostró ser un especialista.