El actor Sean Connery murió a los 90 años, y más allá de su tremenda carrera, siempre es bueno recordar que fue uno de los actores con más conexión futbolera en todo Hollywood.
Su ligazón con el fútbol comenzó con una frustrada carrera profesional. Connery fue futbolista en el Bonnyringg Rose Athletic de Escocia; A sus 23 años tuvo su mejor momento como futbolista, y el Manchester United de Inglaterra quiso hacerse con sus servicios. Le ofrecieron un contrato profesional en la década del 50, el jugador dijo “no, gracias” y siguió su instinto como actor. La historia la contó el propio actor en varias entrevistas y demostró que su decisión fue la correcta.
“Un futbolista de élite inicia su decadencia a los treinta. En aquel momento yo tenía 23 años. Al final decidí ser actor, algo que resultó ser una de las cosas más inteligentes que he hecho”, aseguró.
Pero su pasión siempre lo mantuvo relacionado con el fútbol, fue un constante asistente a los partidos del Rangers en su país, y hasta dio el puntazo inicial en un juego por la paz en el Camp Nou donde compartió mucho tiempo con Ronaldinho, uno de los futbolistas a los que más admiró en su vida.
Su afición por el deporte también lo llevó a hacer boxeo y fisicoculturismo, birlló donde quiso, era uno de esos personajes que todo lo que emprendían lo hacía bien. Para ejemplo, su carrera como actor, considerado el mejor Agente 007 de la historia, ganó un Oscar con Los Intocables, y aunque no pudo llevarse ningún balón de oro como futbolista, su carrera como actor lo compensó con tres Globos de Oro y una inmortalidad que el fútbol no le hubiera dado.
