El Tigre tuvo su despedida del Hernando Siles, de acá al final del torneo le quedan dos partidos jugando fuera de casa, por eso la fiesta en el Siles fue completa, tuvo a su gente, a su equipo goleando y gustando, a sus divisiones inferiores, a sus dos ídolos y sobre todo a su primer objetivo cumplido, logró clasificar a la Copa Libertadores por sexta vez consecutiva.
La goleada del Tigre dejó solo buenas sensaciones en el Siles, a los goles de Castro, Ramallo y Alonso (por duplicado), se sumó el de Charles del Santo para darle emoción a un buen partido, la gente aplaudió a sus futuros jugadores en las escuelas que comanda Sergio Luna; Chumacero acompañó el desfile de los chicos. La lesión de Veizaga fue la única mancha en una tarde/noche de fiesta.
Fue la despedida del Tigre de su gente, se va como el mejor local del campeonato, 29 puntos en Miraflores, nadie, ni Wilstermann aunque sea campeón -el domingo- alcanzará ese puntaje jugando en casa, además logró otra meta, por segunda vez en la historia un equipo boliviano logra una seguidilla de seis clasificaciones a Copa Libertadores -lo habia hecho entre 2002-2007 su tradicional rival- ahora el Tigre, que comenzó una buena gestión administrativa con Kurt Reintsch, consolida todo eso por sexta vez, asegurando un buen ingreso ahora con César Salinas al mando del Tigre.