De un momento a otro convirtieron el sector de desembarque internacional en una tribuna. Es que con el cántico “Eu, so brasileño, con muito orgullo, con muito amor”, los hinchas que querían ver a Neymar, Ronaldinho y Pato comenzaron a vibrar el amistoso de esta tarde. Desde las 19:00 los ‘torcedores’ fueron llenando Viru Viru con camisetas verdeamarillas y de clubes como Atlético Mineiro, Santos, Sao Paulo y Flamengo.
Fue muy llamativo ver, desde muy temprano, la presencia de hinchas mujeres. Es más, una de ellas mostró un cartel en el que le pedía al estelar Neymar que le engendrara un ‘filho’. Los canales que transmitieron en directo encendieron más la euforia y no solo en la sala, sino también en el mirador del aeropuerto. Cada vez que la puerta de desembarque se abría los gritos se tornaban ensordecedores y los curiosos corrieran hacia ese sector.
Llegó un momento en que no hubo campo en el área y se celebró como un gol, con banderas y poleras al aire, cuando el tablero que confirma la llegada de los vuelos mostró que la aeronave con el plantel brasileño a bordo había llegado.
Locura en la llegada
Cerca de las 21:15 arribó el vuelo chárter que trajo a la selección de Felipe Scolari y tras dejar la nave de inmediato se subieron a un bus, que salió por el lado izquierdo del aeropuerto. En ese momento, los fanáticos que estaban en el sector internacional salieron como locos como si se tratase de un estampida. El encargado de protocolo de la FBF, Fernando Sattori, tuvo una jornada agitada, yendo de un lado para el otro con dos miembros de la delegación visitante, con el celular en la oreja. De la pista de aterrizaje el plantel se dirigió directamente hasta el Sun Hotel, que está frente al aeropuerto.
En las afueras del hotel esperó otro grupo de hinchas que no pedían un autógrafo, solo querían ver a Ronaldinho y Neymar, aunque sea por las ventanillas del bus. Lo de ayer fue un calentamiento porque la cita es esta tarde en el Tahuichi. El fanatismo brasileño fue más emotivo que cuando llegó Argentina, con Lionel Messi incluido, el mejor del mundo
Fuente: El Deber
