Todos los pilotos que cumplieron ayer la quinta jornada de carrera, denominada la etapa ‘maratón’ del Gran Premio Integración del Oriente, sufrieron bastante. Además de la distancia de 300 kilómetros de recorrido, los competidores se toparon con un día lluvioso, que dejó bastante agua y barro en el trayecto. A ello se sumaron los otros obstáculos como la piedra laja, y los vehículos y animales que se metieron en el camino en plena carrera.
“Fue la distancia más larga y complicada que he corrido en toda mi vida”, sostuvo Claudio Bustos, navegante de Eduardo Peredo, que ayer fue el más veloz en los poco más de 300 kilómetros de distancia que unió Concepción, San Antonio de Lomerío, San Juan de Lomerío y San Ignacio de Velasco. Segundó acabó Manolo Ortiz.
Producto de la distancia se dieron varios pinchazos de llantas, como los que sufrieron Peredo y Cristopher Arias. Los que más sufrieron fueron los pilotos de cuadratrack y motos; uno de ellos, Marcelo Salazar, tuvo una caída aparatosa y fue auxiliado por Jhonny Sagredo, de la 1.600cc libre. Eso sí, el piloto casi queda fuera por esa acción, pues César Chávez, que venía atrás, no pudo frenar su camioneta que impactó con la máquina de Sagredo, que quedó con abolladuras en la parte de atrás.
“Le di la mano porque no podía dejarlo ahí tirado. Él luego me agredeció por el gesto”, sostuvo Sagredo. Otra situación casi similar vivió Fabricio Roca, líder de la cuadratrack 4×4, que remolcó el cuadratrack de Gary Barbery siete kilómetros hasta pasar la meta. Al final, Barbery, que también lidera la 4×2, le dio las gracias a su compañero con un emotivo apretón de manos.
Los cuatros primeros de la clasificación general del día fueron Eduardo Peredo, Manolo Ortiz, Marco Bulacia y Anthony Arias. En la general de las cinco etapas manda Peredo, seguido por Aníbal Gamón, Anthony Arias, Manolo Ortiz y Marco Bulacia (ver posiciones).
Se lucen
En el recibimiento sedestacó la Alcaldía de San Ignacio, que entregó guirnaldas a los primeros ubicados por categoría. También preparó empanadas y chicha para los pilotos, además que hubo danzas típicas y un desembolso Bs 20.000 como aporte para la prueba, que el año que viene volverá a esta tierra
Fuente: El Deber