Oscar Romero fue una pesadilla para Bolívar, un equipo que tiene buen pie, con espacios y con un diez como el paraguayo, se sintió cómodo ante un rival, sin presión y sin soluciones inmediatas para cortar circuitos.
Los pases en profundidad de Romero fueron estocadas en cada una de las pelotas que salían de la zurda del volante ofensivo y terminaron en gol, ni la contención para evitar el lanzamiento, ni la defensa para recibir el pase a sus espaldas, pudieron solucionar el problema.
Según datos de Bolívar Lab, el plantel celeste, realizó 82 pases correctos en todo el partido, y el número 10 de Racing, realizó 83 pases correctos, sólo él, sumó un pase más que todo Bolívar, con una posesión de balón abismalmente favorable para el local y con el protagonista definido. El 10 se robó el espectáculo y si bien recibió algunas patadas de parte de Bolívar, nunca tuvo una solución definitiva y manejó todos los tiempos del 4-1 con el que Racing le ganó a los Celestes.