No la tuvo fácil durante las últimas campañas atigradas. Muchas veces fue cuestionado y hasta silbado por su propia hinchada. No marcaba desde diciembre de 2016… Y aún así, en la primera final ante Wilstermann, apareció para marcarle el camino de la victoria a The Strongest: se trata de Ramiro Daniel Ballivián.
El yungueño, que jugó por azares del destino –Maximiliano Ortiz estaba suspendido por acumulación de tarjetas amarillas–, estaba determinado a dejar atrás todos los fantasmas de sus últimos partidos; pasó constantemente al ataque durante la primera mitad hasta que, finalmente, encontró las redes apareciendo casi como centrodelantero.
Posteriormente, ya con la confianza de aquel gol, volvió a mostrar cosas que habían hecho de él una de las mejores alternativas del sector defensivo atigrado hace un par de temporadas. ¿Podrá repetir en la segunda final? Sólo lo sabe César Farías, pero la realidad es que, tras este episodio, puede empezar a dar vuelta la página.