Hace una semana Wilstermann no podía ganar en Potosí, se le iban los puntos y Rodrigo Ramallo se sentía culpable, declaraba abatido ante los medios y se hacía responsable por errar los goles.
El sábado Ramallo fue eufórico a festejar su tanto, se convirtió en el hombre clave del juego, con su gol Wilster recuperó la memoria de la victoria.
Wilster había tenido seis fechas sin saber lo que era la victoria, la gente había perdido la paciencia y todo derivó en la salida de Monolo Alfaro del cargo de entrenador.
Bajo el tercer interinato de Carballo-Taborga, Wilster consiguió sumar tres puntos en el Félix Capriles y ahora comienza a surgir esa dualidad de sensaciones en los jugadores rojos que buscan recuperar confianza para encarminar el curso de la nave roja.
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