Cuando todo parecía indicar que Ronald Raldes continuaría su carrera en otro club, el amor de El Gran Capitán por la camiseta albiverde prevaleció. A pesar de los problemas económicos que atraviesa el club, el corazón del zaguero hizo que se incline por aceptar la oferta de renovación que le había puesto en la mesa la dirigencia refinera, por un año más.
Tras conocerse la noticia, su relación con la hinchada orientista se hizo aún más estrecha. A través de las redes sociales, especialmente, la parcialidad del equipo le hizo llegar todo su agradecimiento al ex jugador de la Selección nacional, que es además hincha confeso del club al que llegó por primera vez al principio del milenio.
Un joven Raldes, que había debutado en Destroyers, llegó a Oriente en el año 2000, y jugó ahí por los próximos cuatro años, hasta que dio el gran salto al fútbol internacional. Se consolidó en Rosario Central, de Argentina, donde también es muy querido, y tuvo pasos –mucho más cortos– por Colón de Santa Fe (Argentina), Cruz Azul (México) y Maccabi Tel Aviv (Israel) antes de volver al club a principios del 2014.