Llegó como uno de los grandes refuerzos a principio de año, mucha experiencia y recorrido en la espalda que luce el número 30, tras un debut con dudas, fue acomodándose e incrementando su nivel, jugó más de 180 minutos con Bolivia y recuperó su espíritu de caudillo. Volvió a la Academia tras la fecha FIFA y jugó dos grandes partidos -los mejores desde que llegó a La Paz- ha ido de menos a más, explotó en el Clásico Paceño.
Ronald Raldes ha sido una de las figuras del Bolívar de Beñat, ¿cómo, si es zaguero y Bolívar ganó por goleada?, se preguntará alguien. Con su sello; siendo una muralla en la defensa, un líder en el campo y hasta un delantero cuando el equipo lo necesitó. Pudo ser el asistente de Juan Carlos Arce en el segundo gol, pero Luis Yrusta y su asistene se lo impidieron, le cobraron una posición adelantada inexistente.
Se llevó todos los aplausos cuando salió del campo, reemplazado por Walter Flores, su amigo de largas concentraciones en la Selección. El Siles, un lugar que varias veces coreo su nombre siendo el “Gran Capitán” de Bolivia, volvió a corear su apellido, al menos la mitad, Raldes se llevó su primera gran ovación jugando como Celeste, merecido, fue uno de los principales valores de un Bolívar lleno de puntos altos.