Hungría tuvo su época dorada durante los primero años de los 50, mucho tuvo que ver con eso el gran Ferenc Puskas. Fueron cuatro extraordinarios años, 32 partidos contra las mejores selecciones, 144 goles, ninguna derrota, esa fue la famosa Hungría del 1950. Ese imbatible ciclo terminó el día de la final del Mundial de 1954, Hungría fue derrotada por Alemania, en un partido sospechoso, deportiva y políticamente.
Puskas no era un jugador más en ese ciclo su explosión fue en 1953 en ese partido que Inglaterra no olvida, ese día que fueron derrotados por los húngaros en el mismo Wembley -derrotados por primera vez en su Catedral- fue una goleada de 6-3, los ingleses dolidos por el resultado fueron en busca de la revancha a Budapest, allá Hungría encajó 7 y sólo recibió un gol.
Bobby Robson, jugador inglés de ese momento recuerda que no conocía a Puskas: “No conocíamos a Puskas. Los nombres de ninguno de esos jugadores nos decían absolutamente nada. Para nosotros era como si acabaran de caer de Marte”. dijo el ex seleccionador inglés al recordar ese día.
Esa noche del 25 de noviembre en Londres, Puskas anotó dos de los seis goles, pero fue un infierno para la defensa rival, la FIFA y los ingleses lo recordarán por siempre con el premio Puskas al mejor gol del año, es que ese tercer gol que puso en Wembley selló en los ojos del mundo que el football de los ingleses, se había transformado en lo que hoy conocemos como fútbol.
“Aprendí mucho más de tácticas en la lección que nos dio Hungría aquel día que en años de participación activa en el fútbol”, Alf Ramsey DT campeon del Mundo en 1966.
Bela Guttmann DT campeón de Europa con Benfica en el 60, aseguró que aquel partido “influyó decisivamente en la historia del fútbol”.
Luego de aquella inmortal hazaña del equipo del “Cañoncito Pum”, como se conocía a Puskas, el nombre del delantero ya no le era extraño a nadie. Puskas parece imbatible aún, tiene un récord al que va ha ser difícil de quitarle, suma 83 goles en sólo 84 partidos de selección, Pelé no pudo superarlo, quedó con 77 goles en 95 partidos.
Puskas ganó todo, cuando llegó al Real Madrid, a los 31 años, ya había ganado 4 títulos en Hungría con el Honved (1950/52/54/55). Con el Real Madrid, a partir de 1958, acumula 6 títulos más (1961 a 1965 y 1967), tres Copas de Europa (1959, 60 y 66) y la Intercontinental de 1960. Entre esos éxitos, la famosa Copa de Europa de Hampden Park, recordada por la historia del fútbol como la más bella: Real Madrid 7, Eintracht de Francfort 3. Diez goles en apenas una hora de juego, 3 de Di Stefano y 4 de Puskas en 25 minutos. Ese mismo año, ganó la primera Copa Intercontinental contra el Peñarol, 5-1 en el partido de vuelta en el Santiago Bernabéu, marcando él dos goles. En 1952, había marcado el primer tanto de la final de los Juegos Olímpicos, que ganó Hungría a Yugoslavia 2-0, su primer gran título.
Luego fue entrenador por el mundo, dirigió a doce clubes en ocho países y cuatro continentes (Colo Colo y Cerro Porteño entre ellos), con Panathinaikos de Grecia, jugó la final de la Copa Europea de 1971 en el mítico Wembley de sus hazañas, ese día no pudo contra el Ajax de Cruyff, Wembley lo vio salir derrotado ante un nuevo ciclo del fútbol en el mundo, era el turno de aprender la Holanda de Cruyff.
La imbatibilidad del Comandante Galopante, terminó en una enfermedad y falleció el viernes 17 de noviembre de 2006, en Budapest, la ciudad donde había nacido el 2 de abril de 1927. Aunque su ausencia física no quita su existencia eterna por el mundo, revive en cada GOLAZO que gritamos.
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Fuente: FIFA/Historias del Fútbol (sacatipa)/Late!
