No es habitual que la Vinotinto deje la ciudad de Táchira, a menos que sea para volver a Caracas, pero en este caso la ciudad de Maturín del estado de Monagas fue la elegida. El estadio es el Monumental de Maturín que fue sede de la Copa América de 2007 y es el más grande en todo el país aunque está bastante descuidado.
La última vez que recibió un partido internacional de selecciones mayores fue en 2009, un amistoso entre Venezuela y Guatemala, luego de ese año, que también fue sede del Sudamericano Sub 20, no hubieron más partidos más allá de la liga local, donde el Monagas Sport Club hace de local, por eso la cancha luce tan mal, ha quedado algo olvidado uno de los grandes elefantes blancos que dejó la Copa América de 2007.
La visita de la Vinotinto a movilizado a varios, la ciudad no está preparada y acostumbrada, hay pedidos de transporte público para el jueves y la gobernación alista buses especiales ante la dificultad de llegar al escenario. Incluso se ha declarado un día no laborable a los trabajadores para que puedan asistir al juego, aún así, la crisis que azota a ese país, no permite que la venta de entradas sea intensa, tampoco ayuda la campaña de Venezuela y Bolivia, pero aún los precios que oscilan entre 5.000, 10.000 y 18.000 bolívares. Una locura al tipo de cambio actual y con la inflación, la más barata esta en 500 dólares americanos. Algo similar pasa en el día a día, una Coca Cola cuesta algo más de 5 dólares, un foco de luz normal pasa los $us 13, y con los alimentos de la canasta básica pasa algo similar, por eso no esperemos un estadio lleno.
La Selección de Bolivia tomó sus previsiones, como el resto de las delegaciones fue a Venezuela con sus propias aguas, e insumos para evitar compras innecesarias por allá. Es que la situación golpea duro a un país que busca alternativas para que el fútbol llame la atención rotando la sede. Ante Argentina jugó en Mérida, ahora Maturín, como una medida anti crisis.
