Hace mucho, muchísimo tiempo que no hablo con el señor Cruyff. No sé que estará pensando, pero creo que ayer hubo un partido jugado en Leipzig que al señor Cruyff le hizo muy feliz. Y no creo que fuera por la victoria. Ya se sabe: es holandés. Pero estará feliz por cómo se hizo la victoria.
Hasta su llegada como técnico a Barcelona, el juego de mi amado equipo era lo que era su entrenador. Jugábamos a la argentina como Menotti y a la alemana con Lattek e incluso con Venables, a la inglesa, una Liga ganamos. Pero un día de verano llegó el señor Cruyff y empezó a decir y a hacer unas cosas que hoy, 16 años después, aún perduran.
Hoy durante una hora y cuarenta y cinco minutos de un maravilloso partido de España, las he visto.
Como las habrá visto la gente de la Quinta del Buitre y la gente que les vio jugar. A Michel, Martín Vázquez y los demás, seguro que también lo habrán visto. A ellos, que con la camiseta blanca jugaron tan bien al fútbol, estarán contentos y nosotros deberíamos estarles agradecidos por ser unos pioneros en amar este juego a través de la pelota. De la misma manera que ellos lo estarán con Cruyff. Pero hoy toca dar un beso al señor Aragonés. Y un abrazo. Y me atrevo a hacerlo sin conocerlo. Y todo el agradecimiento. Por creer en algo.
Por creer, que “no sabemos como acaba pero que todo empieza por la pelota”. Porque nadie sabe como acaban las cosas. Pero sí como quieres empezarlas.
Por creer, que como somos bien poquita cosa, está bien juntarse a través de la pelota. Por creer en algo, en el que nadie o muy pocos creen: que el balón pase por los Xavi, Senna, Albelda y….
Por creer, que en el sitio donde todo el mundo pone a dos centrocampistas defensivos para dar equilibrio, equilibrio, equilibrio, nosotros ponemos a uno (Xabi Alonso) sólo porque ese uno hará correr a los dos. Y de paso, tener más equilibrio.
Por pensar, que lo primero es la pelota y después lo demás. Por pensar primero en ti y luego en Shevchenko.
Por creer, que las piernas se usen detrás (Puyol-Pablo-Sergio Ramos) y delante (Torres-Villa) para ser más rápidos. Y por creer que en el medio (los Xavis y demás) se use la pelota, para ser más veloces. Por tocarlo mucho y tenerla poco (gracias Juanma por el consejo).
Por creer señor Aragonés, maestro del contraataque, jugar a algo más que al contraataque sabiendo que las acciones de contraataque, ahí están.
Y agradecido por ser tan mayor, señor Aragonés, por utilizar a la mínima que pudo al gran Raúl y a Albelda porque sabe que teniéndolos, los tiene a todos.
Por todo esto, me gustaría señor Aragonés poder darle otro beso y otro abrazo en el próximo partido. Ahora le mando el que le prometí. Y me sigo atreviendo a hacerlo. Por amor al fútbol. Por la Quinta del Buitre y por Cruyff.
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Fuente: El Pais / Leído en el facebook de la Revista Don Julio
http://elpais.com/diario/2006/06/15/deportes/1150322427_850215.html