Nuevos desafíos frente a la programación del torneo Clausura y lógicas aspiraciones de estar en algún evento internacional, preocupa a los directivos de los equipos profesionales motivando variantes.
Pocos son los que ratifican a sus conductores técnicos, porque también son pocos los que se siente conformes con el papel desempeñado en la temporada finalizada.
Algunos anticiparon esos acuerdos a la de los jugadores que llegarán como refuerzos, y esa parece una planificación mas acorde con lo que se buscan, porque es innegable que el DT de turno tiene propuestas y en base a ellas es que debe requerir la contratación de nuevos valores pensando en la forma de juego que imprimirá a sus dirigidos.
Lo que no siempre se analiza es el pasado de los que contratan, pues no es raro en nuestro medio que un técnico que es marginado de los planes de uno vaya rápidamente a otro plantel, como sí el cambio de divisa fuera suficiente para que los resultados sean diferentes.
Probablemente el apuro en que se ven los directivos sea el peor consejero en este caso, con el lógico riesgo de estar disconforme a corto plazo con la medida adoptada.
Algo similar sucede con los jugadores que cambian de divisa con tanta rapidez como la que los alejo del anterior plantel, claro que en el caso presente eso no sucederá ya que se trata del segundo torneo de una misma temporada.
Sería razonable que sacando provecho de los errores del pasado se piense con más seriedad en estos temas, para tener lógicamente mejores resultados a futuro.
En la misma medida es aconsejable que al contar con nuevos DT se valore a los que realmente piensan en el futuro de la institución que los cobija y no solo en la temporada que enfrentan. Darle más oportunidades a la gente joven que está en las inferiores es también ir fortaleciendo incluso el patrimonio de los equipos.
Esperemos y podremos apreciar quienes acertaron y quienes volvieron a errar.