Fue un paso histórico en lo deportivo, nunca antes un equipo boliviano ganó dos partidos en una Liga Sudamericana. Quedó fuera de las semifinales por cinco tantos. El Grupo A lo ganó y clasificó Piratas con cinco puntos y 247 tantos, los mismos puntos que sumaron San José de Paraguay y los bolivianos, pero con 243 y 244 tantos a favor cada uno.
Hasta ahí todo orgullo, aunque claro, como todo equipo amateur de nuestro deporte tuvo que pasar miles de inconvenientes, desde la no habilitación de una de sus figuras, la lesión de otra de las figuras, y hacer un viaje de más de 30 horas de ida, con problemas en migración incluidos. La falta de logística, dirigencia, cuerpo médico, los problemas se multiplicaron por cien durante el torneo.
Lo peor fue la angustia tras el segundo triunfo, porque la crisis social explotó en Ecuador, los estadios vacios son la prueba de la crisis, se jugó la última fecha a puertas cerradas, y el viaje al aeropuerto de Quito era imposible, todas las carretaras fueron cerradas por bloqueos, y el estado de excepción decretado, hacía imposible salir para los jugadores.
Una gestión de la Cancillería Boliviana y FIBA, lograron sacarlos de Ibarra en un largo viaje terrestre, escoltados por el ejercito hasta las afueras de Quito, se pudieron cambiar los pasajes aéreos y podrán volver al país con el pecho inflado de marcar un nuevo hito en su historia.