Tras el duro golpe que significó la derrota en Perú, Bolivia recuperó los ánimos oportunamente para jugarle a Chile con mucho amor propio y ganarle después de 17 años.
Fue un partido muy luchado en la mitad de la cancha, y Soria, a pesar de las críticas anticipadas, acertó plenamente en la elección de varios nombres.
Dos de ellos, Valverde y Justiniano, no habían tenido una buena producción en Lima. Sin embargo, en esta ocasión se erigieron como dos de los pilares de La Verde.
El defensor de The Strongest estuvo muy sólido atrás, e incluso se animó a incursionar en ataque y estuvo cerca de marcar. Y el volante de Bolívar, por su parte, les hizo frente a los ‘tanques’ chilenos, que muchas veces hicieron uso de fuerza excesiva en las pelotas divididas.
Así se consumó la victoria con la que varios bolivianos se ilusionaban. Y, de a poco, el técnico nacional comienza a mostrar avances en un proyecto que recién empieza, pero que promete mucho. Por ahora, por lo menos, está cumpliendo con uno de sus principales objetivos: hacer un fortín del Hernando Siles.