El estadio Maracana tiene historia propia, su nombre ya es un sinónimo de fútbol, pasión, y leyenda de este deporte.
No pudo elegir mejor Brasil, y la FIFA, el Maracana es el mejor estadio que pudieron escoger para jugar una final de la Copa del Mundo -por segunda vez- la catedral del fútbol brasileño le abre sus puertas al mundo.
Argentina de Messi y Alemania de Muller, se miden en un choque apasionante y la escenografía de la ciduad de Río de Janeiro no podía ser mejor. Es la sede más futbolera, la que más vibro, la que más turistas recibió, la que más sufrió, la que más festejó -con todos los países invitados- es la ciudad en la que se respira mundial desde el día uno.
El metro de la ciudad por ejemplo, es el metro más futbolero del Mundo -que no le quede duda a nadie- desde que uno ingresa respira el camino al Maracana, las estaciones son anunciadas por alto parlante, pero antes de llegar a la estación en las afueras del Maracana, el anuncio es un relato, bien futbolero, que te cuenta como llegas a Maracana.
Una vez en la sede una vista magestuosa del Mounstruo de cemento carioca da la bienvenida, unos metro más, maravillándose con la vista y se llega a las puertas del escenario donde alemanes y argentinos sueñan con la Copa del Mundo.
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