KAZÁN. Kylian Mbappé tiene apenas 19 años, cuando el nació en un alejado barrio de París, era 1998 un año especial para Francia. Ese año, su país organizó el Mundial, y se consagró campeón con Zinedine Zidane, Thierry Henry y el que hoy es su DT Didier Deschamps.
Con él como abanderado del buen juego y una generación de deportistas extraordinarios como Paul Pogna y Antonie Griezmann, Francia vuelve a soñar en grande, más aún luego de la victoria llena de autoridad sobre la Argentina en la que el joven jugador destacó del resto con goles, fuerza y velocidad, fue incontenible por la Argentina de Messi.
Kylian es un ferviente admirador de Cristiano, a Messi lo respeta ahora que es su colega, pero hace unos años, no quería saber nada de Lio, cuando tenía catorce conoció al portugués y ya antes tenía su casa llena de posters del siete del Madrid. Quizás festejó el doble por eso, a Mbappé le enorgullece ver siempre por encima a su ídolo CR7, aunque ahora piensa más en sí mismo, es su momento, es uno de los jugadores más precoces en dar el gran salto.
Hace sólo tres años nadie conocía a Mbappé, apenas y sumaba minutos en Mónaco, hoy es uno de los jugadores más caros del mercado, ya no juega en el Mónaco que lo vio crecer, saltó a Paris Saint Germain, y lideró la clasificación de Fracia -mostrando mucha jerarquía y caracter- para volver a estar entre los ocho mejores del mundo y con el desafío de volver a estar en el podio.