Si bien cada uno de los jugadores de Bolívar dejaron alma vida y corazón en el Ligga Arena de Curitiba, los principales protagonistas fueron los de la última línea. Jairo Quinteros, Nicolás Ferreyra, Bryan Bentaberry, Diego Bejarano, José Sagredo y Carlos Lampe edificaron con personalidad en los 90 minutos la resistencia de la Academia ante las figuras de Athletico Paranaense por el juego de revancha de los Octavos de la Copa Libertadores.
Bajo las estadísticas del partido, Quinteros fue el que más se lució en la defensa, pues tuvo 6 despejes y 3 intercepciones, entre la que se destaca la volada para evitar un remate dentro del área grande que lo evitó con la espalda. Tanto él como sus compañeros lo festejaron como un gol. Además, jugó como central por izquierda siendo su perfil el derecho y no cometió faltas.
Muy de cerca lo siguió Ferreyra. El lungo zaguero argentino tuvo entre sus misiones marcar al veloz Vitor Roque; salvo dos situaciones, se las ingenió para anularlo gran parte del tiempo con su lectura de juego y su potencia física. Asimismo, su altura fue clave en las arremetidas a balón parado del rival y de Bolívar. Por aire y por el césped, acumuló 3 intercepciones y 1 gran chance en ataque que se fue cerca del palo.
Si bien provocó el penal y se ganó 1 tarjeta amarilla, Bentaberry no desentonó. Producto de su viveza, terminó acumulando 6 intercepciones, muchas de ellas por anticipaciones casi en mediocampo. De igual manera, mantuvo la atención todo el tiempo hasta llegar a corregir los errores de otros compañeros. Fue el primer partido de los tres centrales en ese orden; cumplieron como si lo hubieran hecho hace muchos partidos atrás.
Lampe también hizo lo suyo con la seguridad que lo caracteriza. Cortó jugadas del rival sosteniendo o despejando la pelota en el aire y estuvo al mismo ritmo de la última línea para intentar mantener la posesión a puro pase. En el penal de Fernandinho, adivinó la dirección, pero la potencia del tiro y la experiencia influyeron. Sobre el final, él y el palo evitaron con algo de fortuna lo que pudo haber sido el tercer tanto.
Bejarano por derecha y Sagredo por izquierda cumplieron una labor sacrificada, pues además de defender colaboraron en ataque. José fue quien tuvo 2 opciones con remates de larga distancia que acabaron siendo bloqueados. Justiniano y Villamil también recorrieron gran parte del campo porque fueron los relevos de los carrileros.
Bolívar construyó su clasificación con orden y carácter. Los jugadores se repusieron ante toda adversidad; continuaron con el plan, pese al primer gol, al error de Ortega, el segundo tanto y a las arremetidas locales. Los penales terminaron de decretar la eliminación del último finalista de la Libertadores.