Alemania fue el que demostró más juego en Brasil y sin ser sorpresa se llevó el trofeo más preciado del fútbol al viejo continente.
Individualidades, juego en equipo, toque, garra, eficiencia, concentración. Los adjetivos que se les puede dar a la Selección alemana no terminan siendo suficiente para agradecer el deleite que dejaron en la Copa del Mundo.
24 años de abstinencia y el mismo rival finalista tenía Alemania en frente, y de la misma manera que en aquel Mundial disputado en Italia, esta vez los dirigidos por Joachim Low, volvieron a alzarse en los más alto del fútbol. Los alemanes venían tragando amargamente el grito frustrado de campeón, dicha que se les negó en la final del 2002, y el resignado tercer puesto en su casa el 2006 y Sudáfrica 2010.
Pero Alemania no se consagró porque sí, los de Low tuvieron un largo recorrido en Brasil y no fue fácil llevarse el título. Los alemanes ganaron seis de sus siete partidos mundialistas, empatando solo con Ghana 2-2, partido correspondiente al Grupo G e imponiendo en dos ocasiones su superioridad en tiempos suplementarios, con Argelia en octavos y con Argentina en la final.
Se puede tornar difícil pensar quien fue el mejor del campeón, o hasta se puede cuestionar la elección de la Fifa en nombrar al subcampeón argentino Lionel Messi como el mejor del torneo. Sin embargo, Alemania está en el escalón más alto y es gracias a sus tres pilares indispensables en este título: Neuer, Lahm y Muller.
Manuel Neuer.El arquero alemán que figura con su 1.93 metros en el Bayern Múnich de su país fue nombrado el mejor portero del certamen y con mérito propio. Neuer, con 28 años y tras cinco años de su debut con su seleccionado se ganó el puesto entre los tres palos y fue trascendental para la obtención del título.
Neuer quien fue prácticamente un espectador más en los compromisos contra Portugal y Brasil, en los que Alemania goleó 4-0 y 7-1 respectivamente, demostró su calidad cuando se le exigió. Sin duda el portero alemán no se va a olvidar jamás de la final que le ganó a la Selección del mejor jugador del mundo, pero Neuer será recordado para la historia por sus actuaciones, sobre todo en los apretados triunfos primero en octavos ante Argelia donde fue el mejor de la cancha evitando la caída de su portería hasta en tiempos extras y ahogando las aspiraciones de Francia en cuartos de final.
Philipp Lahm. El capitán alemán impuso la experiencia que le regalan sus 30 años y fue el motor de su Selección. Además de ser el impulsador, Lahm es el que no puede faltar, el emblema del equipo. En términos de cancha, un jugadorazo.
Lahm, otro que milita en el Bayern Múnich, es el que juega y hace jugar de Alemania, disputó todos los partidos de su Selección en Brasil, no fue autor de ningún tanto, pero puede celebrarlo más que todos. Lahm fue una muralla en la zaga y el imbatible de sus rivales, el apoyo de Neuer, el compañero de Hummels y el aliado de Low.
Thomas Muller. Con solo 24 años, el delantero del también Bayern Múnich, participó en todos los encuentros del seleccionado alemán e igualó su marca del Mundial pasado convirtiendo un total de cinco goles.
Para la Fifa, Muller, fue el jugador del partido en los enfrentamientos ante Portugal y Estados Unidos. Cabe resaltar que Muller fue el desequilibrante, el diferente, el ingeniero de los espacios. El alemán se da modos para estar siempre libre, es el que no puede faltar, y para muchos en este Mundial, sin ser el dueño del reconocimiento otorgado por los organizadores, fue el mejor del certamen.
Pero como nombrar solo a tres en un equipo que dejó a Francia, Brasil y Argentina en el camino al sueño, al equipo que protagonizó el Minerazo y le dio siete al pentacampeón y anfitrión del Mundial. No pueden faltar las menciones especiales a Hummels, el central que eliminó a los franceses; a Ozil, el talento del seleccionado alemán; a Schweinsteiger, el volante incansable, irrompible, el que se convirtió en monstruo; a Klose, el hombre que rompió el record de Ronaldo, el hombre de la historia; a Low que no se conformó con lo que consiguió con su seleccionado en sus años como jugador y luchó hasta llevarse el mundo por delante como entrenador; y obviamente son 23 los que usaron la misma camiseta, los que compartieron el mismo vestuario, los que ahora son héroes, los que ahora son campeones.
El mundo a los pies de Alemania!.