La carta solicitada por la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y publicada en un matutino de La Paz, así como la respuesta apresurada del Círculo de Periodistas Deportivos de Bolivia (CPDB), denotan cuán caótico es el ambiente en el fútbol boliviano.
Ambos documentos, ampliamente divulgados, son el reflejo del día a día y representan a cabalidad el nivel del debate y la falta total de ideas.
Como todo en este país, los debates se los hacen mediáticamente y las propuestas concretas escasean.
Creo, sinceramente, que los periodistas deportivos, individualmente y a través de sus entidades departamentales y nacionales, debiéramos aprovechar los términos y conceptos de la publicación de la FBF, para hacer una autoevaluación del ejercicio de la profesión, en vez de colocarse al mismo nivel mediocre de los dirigentes y responder sin ton ni son.
Considero que existen verdades en el texto de la Federación Boliviana de Fútbol con relación al comportamiento extremadamente mercantilista de los medios de comunicación, sus programas y sus periodistas deportivos (lo vengo publicando hace muchos años), así como considero que culpar a los dirigentes por todos los males del deporte boliviano, es darles una importancia que no la tienen.
Creo que tanto la Federación Boliviana de Fútbol como el Círculo de Periodistas Deportivos de Bolivia se merecen y tienen los mismos defectos que contribuyen negativamente para el desarrollo del deporte nacional.
Carlos Chávez, presidente de la FBF no quiere largar su cargo, y Fernando Numberg del CPDB preside la entidad nacional de os periodistas igual o mayor cantidad de años.
¿Qué tal si comenzamos a mejorar las cosas llamando a elecciones para renovar el directorio de ambas entidades?
Volveremos al asunto.
