Horas después a la dura caída en Belém, la delegación nacional retornó a Bolivia y tuvo su primera práctica en el Hernando Siles. Dio vuelta la página para llegar en las mejores condiciones a su segundo partido por las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026. Gustavo Costas anticipó que es una “final” para la Selección el juego que tendrá contra Argentina. Así que, pese a no incluir al onceno titular que enfrentó a Brasil, mantuvo su exigencia.
El entrenamiento duró aproximadamente una hora. De los 11 que arrancaron en el Mangueirao, solo Marcelo Martins se presentó, aunque cumplió una labor diferenciada de recuperación. Los otros 15 de la convocatoria trabajaron de manera igualitaria, a excepción de Carlos Lampe y Braulio Uraezaña que estuvieron a cargo de Luis Galarza gran parte de la práctica.
Todo comenzó con un abrazo grupal y una oración. Luego pasaron a hacer tres sistemas de movimientos con el fin de incrementar la agilidad de los jugadores. Después, realizaron labores tácticas priorizando el juego rápido con pases filtrados. El entrenamiento finalizó con fútbol en espacio reducido con dos equipos de seis integrantes y uno que jugó para ambos. Miguel Terceros inició con la última función y posteriormente lo hizo Víctor Abrego.
Principalmente, al final de la práctica, Costas se mostró exigente a tal punto de gritar para pedir mayor atención a sus futbolistas. Así como aplaudió y felicitó la definición de algunas jugadas, también protestó por el desorden y por las desatenciones. Este domingo la Selección por la tarde cumplirá su segundo entrenamiento en el Siles con todo el plantel.