Treinta días en Estados Unidos han dejado saldos positivos y negativos, para la organización, para las selecciones para los hinchas y también para nosotros los periodistas, vamos a intentar abarcar en cinco puntos buenos y cinco malos, un resumen de lo que la Copa América dejó en territorio norteamericano.
-LO BUENO-
1. La Copa América alcanzó cifras nunca antes imaginadas, de espectadores en estadios y frente a la televisión en los Estados Unidos. Se batieron varios récords, por ejemplo Estados Unidos – Argentina, fue el partido con más audiencia en la historia de este país, y la final con 82,026 asistentes, fue la más concurrida en New York. Además la organización batió récords de asistencias, con cifras que superan a cualquier otra Copa América en estos 100 años.
2. Hubo muchos goles, en eso no podemos quejarnos, salvo la final, y dos partidos más el resto tuvo goles, el promedio es de algo más de tres goles por partido. Claro las goleadas de Chile a México y Argentina a USA, ayudan a esa cifra, pero en general hubo buen promedio de gol.
3. La comunidad latina -la boliviana no fue la excepción- disfrutó de la fiesta, fueron los más beneficiados con la Copa América, tuvieron facilidad de conseguir entradas en el mismo día de los partidos en ventanillas, casi siempre, vieron de cerca a sus selecciones, aunque pudieron compartir poco, tuvieron muchos residentes latinos, la chance de reencontrase con su pasión.
4. El haber podido juntar a las dos confederaciones, futbolísticamente hablando, es muy rico en lo deportivo, le da otro nivel y otra jerarquía a los duelos, además sirve a selecciones como la Boliviana para saber bien en que punto del continente está parada frente a selecciones de centroamérica o viceversa, sirvió mucho a México y USA para replantear muchas cosas en base a esa comparación.
5. Se mostró una apertura a la tecnología, aunque todo fue muy confuso por la inexperiencia, el “ojo de halcón”, en la línea de gol estuvo presente en la Copa, no fue usado, y muchos -incluso árbitros- confundieron la tecnología como tal y no sólo esa tecnología, creando mayor caos y confusión, peor la apertura a modernizar el deporte rey, tuvo su primer paso en América Latina.
-LO MALO-
1. La organización no fue de las mejores, fue quizás la peor Copa a la que asistimos en últimos tres años. Nerviosismo, inexperiencia, reglas estrictas que eran contradecidas por otros personeros. Estadios sin fáciles accesos para los hinchas en días de partido, ni hablar para periodistas en días sin partido. No existe el concepto de sala de prensa, y los espacios eran reducidos e inutilizables en algunos casos. No estuvieron en detalles simples como logística de viajes previa y post copa, habilitar la Copa en los hoteles de las Selecciones, los himnos, las banderas, varias cosas se les fueron de las manos.
2. Los campos de juego fueron muy criticados por los protagonistas, porque sucede que utilizaron campos de football americano en varios casos y con césped artificial, entonces la organización hizo poner una capa de césped natural encima, eso ayudó poco al bote de la pelota, los rellenos que se usaron eran molestos para los arqueros, hubieron detalles críticos en ese aspecto.
3. Las distancias fueron desgastantes, los vuelos (incluso los charters) casi siempre tuvieron demoras importantes, la queja de Messi vino por ese lado por ejemplo. A Bolivia le tocó estar tres horas en un avión, a Uruguay algo similar, a Chile también. No se pensó bien esto de tener llaves con sedes más cercanas, incluso para que sea una mejor invitación a las hinchadas.
4. El arbitraje en general fue malo, muchos árbitros de Concacaf mostraron un nivel muy inferior al necesario en esta clase de partidos, errores groseros como el penal de Chile y Bolivia por una mano de Gutiérrez. El gol con la mano de Perú que dejó fuera a Brasil. El mal arbitraje de Chile – Colombia y el pésimo arbitraje de Heber Lopes en la final fue el corolario a una Copa pobre en ese ámbito.
5. A la Copa le robaron el espíritu de fiesta, los fan fest, eran algo así como parques fantasmas, 100 personas, con suerte en algunos casos. Las ciudades casi nunca se enteraron de que eran sedes de una de las Copas más importantes del mundo, el ambiente quedó en deuda, salvo en la final y algún que otro partido, casi siempre por la presencia de Messi, el resto careció de espíritu futbolero.