Es indudable que cada cuatro años el planeta deja de ser el mismo. De repente las fronteras se desvanecen y todo parece ser tan simple como patear una pelota. Todos, sin excepciones, estemos o no estemos clasificados a la cita mundialista, soñamos, jugamos, creemos, sufrimos y disfrutamos.
El fútbol suele tener ese efecto, Sudamérica es el epicentro de la pasión por este bello deporte –como dice una publicidad, nosotros no inventamos el fútbol, inventamos algo mejor, el amor por el fútbol- y ahora que el Mundo se vuelca a nuestro territorio, más allá de que Bolivia no haya llegado a la fase final, genera la misma pasión en nuestro país; La cercanía del evento con nuestra Bolivia y los deseos de poder cumplir sueños, hacen que se cree mucha expectativa.
La fiebre del Mundial llega a Bolivia en un momento especial, le puso un corte a un instante único del fútbol boliviano a nivel de clubes. Por primera vez -bajo este formato de Copa Liberadores- un equipo de nuestro país alcanzó la semifinal, de un torneo que es el fiel reflejo de la pasión con la que se vive el fútbol en esta parte del mundo.
Ese corte hace que por un lado mucha gente llegue con la gran expectativa de vivir un Mundial en Sudamérica luego de 36 años, para toda una generación es nuestro primer Mundial “vecino”; Y por otro lado, se tiene gente ansiosa por que el torneo más importante del planeta pase “rápido”; Claro, para volver a vibrar con sus colores y otro sueño, una obsesión como es la Copa Libertadores. Siempre hablando y entendiendo lo mismo, de la gran desconexión que genera esta pasión con la rutina, muchas veces muy dura, sin importar las clases sociales, o los problemas, el fútbol significa un gran canal de desahogo a la vida misma para una gran mayoría de los bolivianos.
Esa mezcla de sensaciones en la gente recibe a la Copa del Mundo, contrastada con una oposición masiva que aparece en las calles de Brasil, con el enojo de un pueblo que es igual –o más- apasionado por el más lindo de los deportes, pero golpeado por esa dura realidad que se crean en las brechas sociales.
Sucede que los entes que regulan al fútbol en todo el mundo, muchas veces, olvidan la pureza de esta pasión incondicional, lejos de los billetes que se generan en torno a este evento, hay sueños, ilusiones, pasión limpia.
Por todo eso es que Late! se tomó en serio la cita mundialista, a sólo un año y medio del nacimiento de nuestro Portal de Información deportiva, nos encuentra el primer gran desafío profesional, la cita máxima del fútbol Mundial, al cuál asistiremos con presencia física, somos uno de los pocos medios acreditados por FIFA para la cita mundialista por Bolivia. Vamos con el mayor compromiso de llegar a la mayor cantidad de bolivianos por el mundo, y darle a nuestro Estado, la información que merece este evento y de la misma manera que vemos en países vecinos.
En Bolivia, podremos vivir el Mundial con el MINISITIO #Brasil2014 en Late!, los partidos con el minuto a minuto, presencia en los estadios, en las zonas mixtas, estaremos en el Congreso de FIFA previo al Mundial, con el desafío de hacer algo que nunca antes hicieron en el país. Lograr que ustedes compartan las sensaciones mundiales a través de todas nuestras herramientas multimedia -y en tiempo real- por todos nuestros canales sociales: Facebook, Twitter, Youtube, Instagram, Pinterest.
Es tiempo de dar el gran paso, para eso vamos a necesitar de ustedes nuestros lectores y seguidores, su fiscalización y feedback de nuestro trabajo, son fundamentales. Simplemente queremos informarles, como a nosotros nos gusta ser informados, con la mayor calidad, el mayor detalle, cuidado y la más grande responsabilidad.
Amamos este deporte y cada cuatro años para nosotros, es una nueva oportunidad para demostrar el poder del fútbol en el mundo, pero el poder positivo, ese que permite creer en la igualdad, ese poder que elimina las visas migratorias y permite a un ciudadano boliviano soñar con una de las 32 selecciones –a pesar que ninguna sea Bolivia-, ese poder que nos deja creer en que las oportunidades son equitativas para todos, tan simple como ver a veintidós tipos, pateando una pelota, con un objetivo, alcanzar sus sueños.
¡Que viva el fútbol! … nuestra esférica máquina de sueños.
