Las instituciones del deporte nacional se declararon ayer en emergencia, tras una primera cumbre destinada a debatir los principales puntos del anteproyecto de la Ley del Deporte.
La Asamblea Departamental junto a las distintas federaciones y asociaciones del país recalcaron su rechazo total hacia el proyecto que, según las entidades afectadas, señala el fin de las Asambleas.
Luego de la reunión que se llevó a cabo ayer en horas de la mañana y que finalizó a las 13:00, en Cochabamba, los representantes de las entidades establecieron una carta pública dirigida hacia el presidente Evo Morales, a quien acuden con el fin de ser tomados en cuenta y escuchados.
En consecuencia, los actores del deporte sentaron los siguientes puntos: solicitar la convocatoria del Consejo Sudamericano de Deportes (Consude), adjuntar la resolución adoptada por consenso en la sesión de las Naciones Unidas, que reconoce la autonomía e independencia del deporte, y declarar al deporte boliviano en situación de emergencia.
De acuerdo con las entidades comprometidas en la cita, el anteproyecto amenaza la existencia de las asambleas departamentales y municipales, además de prescindir de los consejos del país.
“Entre todos los actores, queremos matizar el tema de la desaparición de las asambleas. Otro punto es el de la facultad de penalizar a la actividad dirigencial. Ojalá pronto podamos concretar una nueva ley que sea inclusiva”, sostuvo el titular de la Asamblea del Deporte, Marco Arze.
Por su parte, el secretario general de la misma entidad, Víctor Jara, reafirmó el cuestionamiento y agregó que están en disconformidad con una posible intervención de las autoridades políticas en el deporte.
“Es decir que si cometemos algún error, el Ministerio elegirá un interventor. El deporte amateur está en peligro”, reclamó Jara, también presidente de la Asociación de Deporte Integrado sobre Silla de Ruedas (Adisir).
“La Asamblea no nació ahora. Es una institución representativa y también protege los derechos de las asociaciones departamentales”, argumentó el dirigente.
Fuente: Opinión