Todavía quedaban fuerzas para pedalear. Miembros del Grupo Fides empujaron la “bici” hasta el último momento para que la séptima versión de la Vuelta a Bolivia de Ciclismo se dispute este año, pero la realidad les mostró que este deporte es de equipo y que ellos estaban solos en la ruta, por lo que el evento no va más.
Aníbal Mollinedo, director de la competencia, confirmó que si bien las ganas están, lo que falta es el apoyo económico para la carrera, que en sus dos últimas versiones dejó déficit.
“También afectó la falta de interés de la gente. En 2013 tuvimos poco apoyo del público”, comentó.
Durante el desarrollo y el final de la prueba se vio al Padre Eduardo Pérez, impulsor del evento, sin muchas ganas de seguir, a pesar de las voces de aliento de los ciclistas nacionales e internacionales.
En principio se fijó un plazo hasta febrero para definir el futuro del evento. Luego, el mismo se extendió hasta abril y ayer se anunció la desaparición de la prueba ciclística más importante de Bolivia.
Durante el programa el Hombre Invisible, en el que participaron todos quienes hicieron posible la prueba, como Aníbal Mollinedo, Eduardo Pérez Iribarne, Marcela Lizeca, Jaqueline Riveros y Gonzalo Cobo, se reunieron para dialogar de las experiencias que tuvieron en las rutas. Pérez destacó que fueron 19 años de pedaleo, tiempo en el que se organizó más de 40 carreras.
“Teníamos más premios que la Vuelta a Colombia”, recordó Pérez en cuanto al tema económico, mientras que Mollinedo subrayó que en la primera edición se entregó en premios 38 mil dólares, luego se subió a 40.000, 50.000 y los dos últimos dos años se llegó a 60.000.
Fuente: Los Tiempos