A Liverpool a mediados de la pasada temporada se le iba el hombre más importante de su plantilla, hoy volverá a cruzarlo, por primera vez desde su millonaria partida. No hay morbo, así como volver a ver a Luis Suárez, otro ex hombre de Anfield. Sin morbo, con respeto, porque si hay algo que Liverpool pregona, es el agradecimiento a sus hombres claves en la historia, y ambos lo fueron, aunque cada uno a su momento, no pudo levantar los trofeos por los que ahora pelean: Premier League y Champions League.
La salida de Suárez fue un punto de quiebre en el equipo de Merseyside, luego de su partida y el alejamiento de Gerrard, tras acariciar la Premier, sin éxito, llegó Jürgen Klopp, que pudo disfrutar de Coutinho, y sobre todo, que supo invertir el dinero que dejó su pase al Barcelona. Ese mismo año de la partida del brasileño, Liverpool logró alcanzar la final de Champions League, y en lugar de salir a buscar un mega crack en la ofensiva, consolidó su tridente de ataque con Salah, Mané y Firmino, además consiguió al zaguero más caro del mundo, Virgil van Dijk llegó con ese dinero a Anfield; Un año y medio después, la FA lo nombró el mejor jugador de la Premier League y lo hizo con méritos suficientes, hoy en el equipo del alemán, es a veces más determinante que los tres de arriba.
No sólo eso, Liverpool que perdió la pasada final de Champions por visibles errores de su arquero, invirtió para traer a Alisson Becker, el titular de la selección de Brasil, que eliminó a Barcelona con Roma la pasada gestión y que hoy en Camp Nou tendrá la misión de enfrentar a dos de los grandes goleadores que tuvo Anfield. Una linda forma de cerrar el círculo, porque la vida siguió después de Suárez y Coutinho.
