Conforme iban pasando los últimos minutos en el Hernando Siles, las casamatas comenzaron a jugar un partido aparte. Hubo cruces, empujones y de milagro no pasó a mayores.
Por el nerviosismo, la gente de Chile comenzó a perder los estribos cuando el banco local empezó a guardar las pelotas para hacer correr el tiempo. Después, se pudrió todo.
Los referentes trasandinos, en vez de calmar a los suyos, calentaron aún más el asunto diciéndoles de todo a los bolivianos que veían el partido desde el banquillo.
Bravo, Vidal y Alexis Sánchez, incluso, llegaron a provocar que toda la delegación visitante se pasara de revoluciones, desde el asistente de Pizzi y el cuerpo médico hasta los hinchas de las graderías.
Después, los nacionales, con el ambiente ya muy caldeado, respondieron con el apoyo del público ubicado en el sector de preferencia, y el cruce siguió en las declaraciones post-partido. ¿No que no era una guerra?
La cadena ESPN capturó este momento, donde Pablo Escobar, caracterizado por su carácter fuerte, se acuerda del ‘escritoriazo’ chileno.