Cuando un partido es así, tan apreto, sin opciones de gol y con un equipo bien cerrado en defensa, la pelota parada termina siendo determinante, el Tigre lo supo aprovechar con dos especialistas.
Jhasmani Campos en la ejecución y Edison Carcelén en la definición, sin mucha gente en el área de Peñarol el Tigre superó a los expertos defensores charrúas, es que el ecuatoriano y el cruceño sabían lo que iban a hacer, una seña previa entre ambos hizo que Jhasmani ejecute el centro abierto, casi al borde del área grande, y Carcelén que recorrió varios metros, fue a buscar esa pelota, grande como es, se elevó e impactó con fuerza la pelota y dejó a todos estáticos para anotar el gol.
Esa jugada definió el partido, porque Peñarol no cambió el libreto hasta el minuto 75, pero el Tigre ya había decidido aguantar el 1-0, lo hizo bien, se llevó los puntos y terminó ganando en casa, y eso en la Copa es imperativo.
