El final del atardecer en la ciudad de La Paz tomó un tono amarillento, no pudo haber mejor ambiente para este jueves de Libertadores. The Strongest consolidó una jornada amarilla y negra. Su afición, su dirigencia, su cuerpo técnico y todos sus jugadores confiaban plenamente en alcanzar la clasición; lo hicieron a su estilo: con garra. El Tigre es el último clasificado a la Fase de Grupos.
The Strongest sacó adelante una de las series más parejas para equipo boliviano en Libertadores. Universidad Católica fue un digno rival que jugó de igual a igual. El inicio del partido fue una copia al del 1 de marzo contra Plaza Colonia. Primeros segundos de juego, primer intento de Enrique Triverio da rebote y él mismo de media vuelta marcó el primero. En el momento que más se lo necesitaba, terminó haciendo su mejor partido con el Aurinegro.
No obstante, al frente estaba otro equipo. Seis minutos después el elenco ecuatoriano mantuvo su idea de juego y respondió con gol. También el nerviosismo del Tigre le jugó una mala pasada. Aponte en su intento de despejar la pelota terminó asistiendo a Ismael Díaz, este aprovechó que estaba frente al arco para empujar la pelota.
El resto del primer tiempo parecía un partido de tenis de mesa. El local pasó por subidas y bajadas, perdió claridad ofensiva, pasó lo contrario con el rival. La dificultad a comparación de la anterior fase era otra y todos lo notaron. De todas formas, el aliento no cesó. El segundo tiempo convirtió en héroes a los arqueros Guillermo Viscarra y José Cárdenas. Los dos taparon un par de opciones claras. Corrían los minutos y Católica empezó a bajar su intensidad.
Mientras los ecuatorianos controlaban la pelota en base al toque seguro y ganando minutos, la desesperación estuvo cerca de consumir a The Strongest hasta que llegó el minuto 84. El balón le llegó a Rodrigo Amaral, su agilidad mental le permitió entrar al área superando a un rival y mandó un remate al ras rompiendo el arco y desatando la locura de las más de 21 mil personas en el Hernando Siles.
Ese golpe fue definitivo. Los ecuatorianos no tuvieron reacción, su diferencia física se acabó. La parte anímica también jugó su papel, hasta la voz del estadio animaba el aliento. Llegó el momento ansiado, Wilton Sampaio pitó el final. El equipo festejó en los cuatro sectores del estadio, luego lo hicieron en el camarín junto a la dirigencia y el cuerpo técnico y la fiesta se trasladó a las calles. Ahora, el Tigre no solo es el único equipo boliviano en superar la fase previa de la Libertadores, ahora es lo ha hecho por segunda vez.
“Desde el 4 de enero venimos trabajando para esto (…) Hoy fue un partido bien duro, sabíamos que iba a ser así. Contento por mis compañeros y por todo”
Rodrigo Amaral, jugador de The Strongest
“El equipo pudo regalar una clasificación histórica porque nos tocó eliminar a un equipo que otro grande de Boliva no lo pudo hacer”
Cristian Díaz, director técnico de The Strongest