El Tigre logró igualar el Clásico Paceño con un gol que tuvo una fórmula conocida, Maximiliano Ortíz volvió a la bada derecha por el fuerte golpe que sufrió Saúl Torres y encontró a Jair Reinoso en el área.
Esa ecuación que ha funcionado varias veces en el Tigre en otros momento del Apertura y del pasado año. Porque Ortíz no es un jugador que desborde, tiene habilidad en la pierna derecha para rematar y para poner centros precisos.
Eso pasó, levantó la cabeza y puso un centro al punto penal, ahí apareció Jair Reinoso que tuvo algunos intentos previos, pero en esta estuvo preciso, la coló al palo más lejano de Moreira y puso el empate en el Siles, fue su quinto gol en el Clausura.