Cuando el partido parecía cerrado y complicado, porque San José no se rendíá, no bajaba los brazos a pesar de que Rodrigo Vargas había dado la ventaja al Tigre, pero el 2 a 1 parecía frágil de cara al final, con el Santo yendo sin complejos para el frente.
Entonces tuvo que aparecer él. El capitán, Pablo Daniel Escobar encaró, hizo una diagonal corta y se perfiló, entonces puso la zurda firme, la pelota se elevó en el cielo de Miraflores y terminó yendo directamente al ángulo, inalcanzable para Franco.
La rúbrica de Pablo Daniel Escobar Olivetti, anotó un golazo, sin duda uno de los mejores, de la fecha. César Farías se agarraba la cabeza, no lo podía creer, sus compañeros fueron y lo abrazaron, él firme no lo gritó a lo Zlatan, buscó a su familia en la tribuna, el gol para ellos, pero lo festejaron todos. Un gol de Escobar es un mimo a la pasión del hincha. Más si es un gol con esa factura.