Fútbol a puertas cerradas o suspender temporalmente todo, son las dos opciones que tiene la Federación Boliviana de Fútbol.
De entrada la postura del Comité Ejecutivo es que en estos 15 días de marzo se jueguen un par de fechas a puertas cerradas y así adelantar algunos partidos con el objetivo de liberar un poco el calendario.
Lo cierto es que tanto el Gobierno Central, los Gobiernos Departamentales están tomando decisiones, y la Sociedad Médica Deportiva de Bolivia hace sugerencias de que no haya ningún tipo de competencia. No sólo eso, Oruro desde el lunes ingresa en cuarentena, así será inviable jugar al fútbol, a pesa del deseo de la FBF.
Algunos clubes estaban dispuestos aceptar la medida, a cambio de montos de dinero, y ya entablaron negociaciones con la empresa de televisión y también con el gremio de los futbolistas, porque si se para o no el torneo, hay algo que debe resolverse y es el pago de salarios a los futbolistas.
Por eso el tema es complejo y mientras el mundo renuncia al negocio a cambio de la salud, acá se debe evaluar muchos puntos, sobre todo en el negocio del fútbol boliviano, antes de tomar una decisión.
