Este Bolívar tuvo hombres importantes en todas sus líneas. Es injusto dejar afuera a varias de sus figuras, pero hubo pilares que potenciaron a los demás y dijeron presente en la mayor parte del torneo.
En el arco, salvo el partido en Montero, Dituro fue una fija, y le dio al equipo la solidez que le faltó para coronarse en el torneo pasado; en defensa, Raldes aportó con la experiencia y la calidad que lleva desplegando desde hace años; al medio, Justiniano fue el eje del equipo, importante en salida, marca y, sorpresivamente, cada vez con más presencia en el área; y, por último, Ronnie Fernández fue el hombre más constante en la ofensiva, aportando explosividad, vértigo y desequilibrio.
No es casualidad que Beñat San José haya pedido expresamente la llegada de tres de esos nombres y que le haya dado la titularidad al restante; son fieles representantes de la filosofía del español en el terreno de juego y seguramente serán los encargados de comandar su proyecto para alcanzar sus próximos objetivos.