Los Samurais Azules no han dejado muy buenas sensaciones antes de aterrizar en Brasil, pero en su última visita al país, en la Copa Confederaciones, demostraron su peligrosidad, aunque siempre con la cierta inocencia que les acompaña en las dos áreas.
Zaccheroni, al contrario que Sabri Lamouchi, puede recuperar a un jugador importante en su equipo como el centrocampista y capitán Makoto Hasebe, que se ha recuperado de una lesión de rodilla y reforzará una línea donde el talento y la creación la pondrán Honda y Kagawa.
El combinado nipón apelará a la creciente experiencia internacional que va atesorando en lo que es su quinta Copa del Mundo consecutiva y tras haber pasado ya en dos ocasiones a octavos, su barrera en 2002 y 2010.