La selección de los Samurais azules, una vez más está al borde de quedar en el camino de una Copa del Mundo, los nipones, no pueden sacarse el mote de promesa y vuelven a llevarse el apodo de decepción.
Llegaron a Brasil con la misión de ser la gran revelación, Costa de Marfil le puso freno de mano y asumió su rol en el primer juego, ya en el segundo ante Grecia, no se sacaron diferencia y ambos complicaron a un punto máximo sus chances.
Japón debe medirse con Colombia en el último juego, ganar con un buena diferencia de gol y esperar que Costa de Marfil y Grecia empaten, es la única esperanza Samurai.
Una vez más las historia parece escrita en piedra para los azules, helenos y nipones firmaron su sentencia, aunque matemáticamente puedan tienen un pie del lado del mar.