La federación chilena de fútbol oficializó la renuncia de su presidente Sergio Jadue, quien en la víspera abandonó sorpresivamente el país rumbo a Estados Unidos.
Jaime Baeza, presidente interino de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), confirmó que Jadue renunció en una carta con fecha del miércoles, luego que el directorio le solicitara en dos ocasiones dejar el puesto. Baeza declinó responder a preguntas sobre la posible colaboración de Jadue con las autoridades estadounidenses que investigan la corrupción en la FIFA.
Presionado por periodistas que querían saber el motivo de su abrupto viaje a Estados Unidos, un demacrado Jadue susurró en el aeropuerto de la capital chilena que se iba de vacaciones con su esposa e hijos pequeños. En Chile aún no concluye el año escolar. Y reporteros de Univision que estuvieron presentes durante la llegada del dirigente al Aeropuerto Internacional de Miami informaron que al salir del avión, Jadue fue llamado por los parlantes y se retiró acompañado de otras personas.
Este mes renunció también el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya, citando razones personales. Pocos días después de su renuncia el dirigente viajó a Estados Unidos, su alejamiento también en medio de rumores, no descarta que haya sido para hacer frente a una inminente acusación o para servir de testigo, como se cree ocurre en el caso de Jadue.
Tanto Bedoya como Jadue fueron vicepresidentes de la Conmebol, la máxima autoridad del fútbol suramericano.
Ninguno de los dos son investigados por el Departamento de Justicia ni forman parte de los 14 funcionarios y hombres de negocio acusados por esta entidad federal de EEUU de soborno, lavado de dinero y asociación delictiva.
Pero los 10 presidentes de las federaciones de la Conmebol fueron vinculados directa o indirectamente por los investigadores estadounidenses a los actos de corrupción en la FIFA. Según las indagaciones, una empresa de marketing deportivo que compró los derechos de tres ediciones de la Copa América aceptó pagar 110 millones de dólares en sobornos que se habrían repartido entre dirigentes de la Conmebol y los presidentes de las federaciones sudamericanas. Los investigadores no dijeron si todos los dirigentes recibieron dineros sucios.