Fue Pelé el que lo bautizó “the beautiful game”, el bello juego, y viendo un partido como el de hoy le damos la razón al Rey. Dos de sus mejores cultores nos dieron un espectáculo de técnica y entusiasmo que nos mantuvo frente a la pantalla. Italia aprovechó muy bien las subidas de Candeva por derecha, porque en ese carril Baines prefería subir y buscar alternativas. Inglaterra se cerró bien y los tanos intentaron de lejos: un balazo de Marchisio, habilitado magistralmente por Andrea Pirlo, le daba la ventaja a la Nazionale. Casi de inmediato en una contra inglesa, Rooney centró a la olla para que Sturridge empatara. Comenzando el 2T Balloteli empalmó un centro de Candeva por derecha y de ahí en más, Italia se replegó y estacionó el bus frente al arco. Ni Rooney, ni Gerrard ni Baines pudieron embocarla, todos le daban con cuchara. Más encima, en una contra aislada, Pirlo cobró un tiro libre que hizo temblar el travesaño de Hart. Ahí se acabó, entre los aplausos –y el agradecimiento– de los asistentes a la Arena Amazonia en Manaus. Qué lindo es el fútbol.
