Eduardo Vargas encaró tras un pique mal calculado de Zenteno -el único error del 22 en todo el partido- y definió con fuerza al arco del uno, que tuvo a los pocos segundos de iniciar el juego la primera tapada de un partido que lo consagró en el arco boliviano. Si Carlos Lampe no estaba concentrado desde el minuto cero, el resultado era otro. “Hoyos está loco, pero trabaja muy bien, podíamos perder por siete o llevarnos un buen resultado, salió bien, nos llevamos un buen resultado, porque el que arriesga gana”, dijo Lampe al final.
Es que a Hoyos se le ocurrió poner dos puntas, algo que de entrada no funcionó, Yasmani Duk era el más adelantado y Marcelo Martins estaba por detrás volcado por izquierda, pero Marvin quedaba muy expuesto, solucionó el tema rotándolos, Arce y Duk, más que extremos fueron tapones para Isla y Mena. La doble marca en el medio de Flores y Azogue anduvo a medias, Pedro no tuvo un buen primer tiempo y el Sueco que cumplía una función mixta, estaba algo incómodo, por eso el partido recayó en las espaldas de los dos centrales, bien reforzados con Edemir y Marvin. Raldes fue una figura descollante, impuso fuerza y tiempos justos ante un Alexis fastidiado por la impotencia. Vidal también se vio sobre pasado, La contención boliviana lo tuvo a mal traer en gran parte del partido.
Faltó serenidad cuando teníamos la pelota, la apuesta por la segunda jugada en la pelota parada fue de nuevo una buena movida, incluso pudimos ganar el juego con una bola boyando en el área que Arce no pudo concretar. Bolivia fue ordenada, disciplinada, algo nerviosa por la falta de práctica a encarar a rivales de este nivel. Pero cumplió.
La idea del DT fue aguantar, y pelear el partido. Cortar el ritmo, “es difícil cortarle el ritmo a Chile, todo lo que hicimos fue legal”, fue la explicación a las quejas de los medios chilenos por el tiempo quemado por los nuestros.
No es un pecado jugar pensando en cuidar tu arco, y quizás Hoyos imaginó un partido más peleado al medio y lejos de Lampe, no tan atrás, pero la importancia de tener a un equipo bien metido en el partido desde el primer segundo hasta el último también es mérito del DT, Bolivia tiene que saber sus limitaciones y desde ellas aprender a hacerse fuerte, esa fue la apuesta y terminó saliendo un empate con un doble cero bien redondo.