Pasaron tantas cosas en el medio, que en algún momento parecía una incongruencia la convocatoria de Henry Vaca, sin tantos minutos en el Tigre, pero demostrando en cada partido que tiene que está para ser titular, pero con tantos temas fuera del campo que incluso tuvo un roce con el DT antes del viaje a Cochabamba y la concentración de Bolivia.
Es más, al momento de dar la lista Farías avisó que habían cuatro nombres extras, por si algo pasaba, y dio a entender que si alguien no cumplía con las normas de disciplina impuestas, podía quedar fuera. Parece que todo eso peso de manera positiva en la cabeza de Vaca, que fue el mejor de Bolivia y del partido en Riad.
Su titularidad sorprendió, y con mucho empeño, despliegue, lucha, técnica, actitud, y muchas otras cualidades respondió a la prueba de Farías. Habilitó a Gilbert en la primera chance que tuvo Bolivia, generó la falta en el gol de Jhasmani, fue siempre una piedra en el zapato para los defensores -e incluso el arquero árabe- hasta que el DT decidió darle descanso.
Por lejos aprobó la prueba, cumplió, y si Henry Vaca logra encausar la energía que tiene en su juventud en más partidos como el de la noche de Riad, sin duda se consolidará como el gran futbolista que promete ser desde que debutó en la Sub20 de Bolivia.