La selección nacional de fútbol volvió ayer al trabajo normal y se encontró en las afueras del estadio Hernando Siles con una entendible apatía de la gente. Después de la derrota sufrida el viernes en Asunción, ante Paraguay (4-0), el aficionado boliviano ha restado importancia al equipo de todos.
Hasta ayer solo se vendieron 52 entradas para el encuentro de este martes frente a Ecuador. Esa cifra comparada con otras ocasiones es ridícula e irrisoria, pero al mismo tiempo resulta ser el fiel reflejo de la realidad del fútbol actual nuestro. Es más, de esas 52 entradas vendidas, 15 fueron compradas por una delegación ecuatoriana llegada desde el vecino país para presenciar el partido.
Bolivia se ubica última en la tabla de posiciones de las eliminatorias sudamericanas y sin chance mínima de clasificarse para el Mundial de Brasil 2014. Gane o pierda este martes su suerte no habrá cambiado y por cuarta eliminatoria consecutiva se habrá quedado fuera de un Mundial, cita a la que no asiste, por méritos propios, desde el que se jugó en Estados Unidos 1994.
Antes de comenzar el entrenamiento de ayer en el estadio Hernando Siles, donde el martes recibirá a Ecuador desde las 16:00, el capitán Ronald Raldes se reunió con sus compañeros de selección para hacer una autocrítica de la última derrota. El defensor de Colón de Santa Fe reconoció ante los medios que es momento de hacer cambios profundos porque dijo estar cansado de tantos fracasos seguidos.
Fuente: El Deber
