Un grupo con Alemania siempre es complicado para el resto, los germanos son de los grandes favoritos de este Mundial.
ALEMANIA siempre es candidata. Baste recordar la frase de Gary Lineker el año 1990 (“el fútbol es un juego de once contra once donde siempre gana Alemania”) y recordar también que lleva los últimos 3 mundiales sin bajar de semifinales. El año pasado la final de la UEFA Champions League la jugaron el Bayern de Munich más ganador de la historia y el Borussia Dortmund que todos aprendimos a querer por su la calidad de su fútbol. Joachim Löw se queda tal vez con lo mejor de ambos bandos para plantear un fútbol que hace hincapié en la posesión al mejor estilo del Bayern de Heynkes/Guardiola, el pressing que caracterizó al Dortmund de Jurgen Klöpp y en la efectividad que logra esa combinación: ganadores del grupo C europeo con 9 victorias y un empate, 36 goles a favor y 10 en contra por delante de Suecia, Austria, Irlanda, Kazajistán e Islas Feroe. Löw pone sus fichas en un 4-3-2-1 con un mediocampo movedizo pero sólido, donde el inamovible de la contención es el madridista Sami Khedira. Los otros nombres, todos de mucho lustre (Jérôme Boateng, Philipp Lahm, Özil, Schweinsteiger, Podolski…) hacen pensar que la ausencia de Marco Reus se va a sentir menos. Algo importante: Miroslav Klose, de 35 años, puede en Brasil superar a Ronaldo como mayor goleador en la historia de los mundiales; necesita marcar 3 goles para igualarlo y uno más para superarlo.
PORTUGAL llega abanderado por un Cristiano Ronaldo que concentra toda la atención mediática sobre sí y que hace soñar a la afición lusa, pero el seleccionador Paulo Bento, de ilustre nombre en esta selección, tiene más de un problema. El once inicial de Rui Patrício; João Pereira, Bruno Alves, Pepe, Fabio Coentrão; Raul Meireles, Miguel Veloso, João Moutinho; Nani, Hugo Almeida y Cristiano Ronaldo no ha variado mucho en un par de años y no parece haber muchas opciones en la banca. Esta formación se repitió con variantes mínimas en la Euro 2012 y en la eliminatoria europea del grupo F, que ganó Rusia con Portugal de segundo, dejando atrás a Israel, Azerbaiyán, Irlanda del Norte y Luxemburgo, obligando a Portugal a definir la plaza en un play off contra Suecia en el que lamentamos que un fuera de serie como Zlatan Ibrahimovic haya quedado fuera. Las buenas noticias son que CR7 llega tal vez en el mejor momento de su carrera y es por demás desequilibrante, haciendo que el ofensivo 4-3-3 de su técnico le dé esperanzas para pasar a octavos y más allá.
GHANA participa por tercera vez consecutiva en la fase final de la Copa Mundial, dando cuenta del lugar privilegiado que ocupa ahora en el fútbol africano. El seleccionador Kwesi Appiah dice no gustar de los esquemas y que prefiere que sus dirigidos jueguen libres, pero pese a ello se puede ver que ha ido variando entre un conservador 4-4-2 y un más defensivo 4-5-1 cuando lo atacan, con algunos nombres inamovibles en la plantilla: Sulley Muntari, Asamoah Gyan, Michael Essien y Kevin-Prince Boateng, quien enfrentará por segundo mundial consecutivo a su hermano Jérôme, seleccionado alemán. Las Estrellas Negras ganaron el grupo D africano dejando en el camino a Zambia, Lesotho y Sudán, jugando después un play off con Egipto, quien les inflingió su única derrota de la fase clasificatoria. Ghana pretende, además, sacarse la espina de la épica victoria que lograra Estados Unidos con el gol de último minuto de Landon Donovan, uno de los momentos más emotivos de la anterior copa mundial.
ESTADOS UNIDOS podrá como país no tener al fútbol (“soccer”) como prioridad, pero cuando los norteamericanos se meten a hacer algo es para hacerlo bien. No por nada el Team USA ganó sus dos grupos clasificatorios de CONCACAF (3 y 4), incluso dándole una mano al vecino y clásico rival México (un gol de último minuto a Panamá clasificó a los Aztecas al repechaje). La controvertida decisión del DT alemán Jürgen Klinsmann de dejar fuera de los 23 seleccionados a la estrella Landon Donovan tiene más que ver con el bajón producido por seis meses de inactividad que con alguna rencilla de camarín. Inicialmente muy defensivo en sus primeros partidos, el 4-2-3-1 que terminará planteando Klinsmann se basa en el uso de Michael Bradley como una especie de líbero, alimentando al mediocampo donde creativamente Graham Zusi y Clint Dempsey reemplazarán a Donovan y Jozy Altidore (o Eddie Johnson) buscarán el arco rival.
